Es la vida que se va

Es la vida que se va
y no vuelve jamás,
es la distancia y el tiempo,
los sueños olvidados
en el baño de aquel bar,
el humo de cigarro en tu boca,
mis manos vueltas locas
y tu mirada que no miro más allá.

Fue la complicidad y la huida,
mis versos, mis palabras pérdidas
y esa soledad que se disipa al amar.
Fueron los caminos recorridos,
los días contigo:
semanas, meses y años
vueltos siglos.

Fueron los tragos de tinto
en que nos perdimos,
los momentos al borde del abismo
y la esperanza de lo mismo;
tus pasos en la azotea de mi cabeza,
las llamadas de auxilio
y mi entrega,
la certeza y las cerezas.

Eras tú más que yo mismo,
era yo jugando en el precipicio
con las estrellas que un día subimos,
era: “adiós”, “hasta luego”,
“buenas noches”, “tengo sueño”.

Era el sueño de tus besos
y una pesadilla el deseo.

Es el tiempo el que se va,
los tulipanes marchitos,
el amor… tu recuerdo
que aún sigue vivo.

Roberto Noguez Noguez

Comentarios

  1. Vaya!!!! Me encontó señor!!! Las cerezas y el vino.. todo evoca un recuento de hechos fugaces que a la vez se quedan plasmados en el alma.!

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  2. Gracias Mariangel, pues no fue tamn fuaz el encuentro, pero fue bueno

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