El jardín del poeta

En mi pradera no quedan más que escombros,
rastros de una vida, varios entierros
y un par de lapidas con nombres de mujeres
cuyo aliento aún recuerdo.
A veces salgo a caminar por ese lugar
con la esperanza  de hallar algo nuevo,
remuevo piedras, 
la hierba seca que se acumula por los rincones,
me ensucio la manos,
pero todo es en vano,
en el jardín del poeta no crecen flores...

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